La dependienta

¡Hola Pocketeros! 

Arrancamos el año con una nueva reseña. Antes de todo, espero que hayáis tenido una buena entrada de año y hayáis podido cumplir con vuestro reto anual de lectura. En mi caso, he podido cumplirlo y superarlo. No es que fuera un reto enorme pero hay que tener en cuenta que el año pasado estuve preparándome las oposiciones, por lo que mi intención era leer un libro al mes. En abril tuve que parar para dedicar más tiempo al estudio pero tras realizar los exámenes pude refugiarme en los libros.

Conseguí leer hasta un total de 16 libros y por muy poco, casi 17. Para este nuevo año voy a plantearme superar esa cantidad; sin embargo, tampoco voy a pedir demasiado, puesto que debo empezar a estudiar, con tranquilidad, las oposiciones de 2021 y con la esperanza de trabajar, no tendré tanto tiempo. Por ello, mi reto de libros para 2020 será de 20 libros.

Sin más rodeos, la lectura de la que os voy a hablar, forma parte de una nueva colaboración con Babelio y en esta ocasión, vamos a conocer un poco a Sayaka Murata, autora del libro que me enviaron y titulado, La dependienta.

Lo más seguro es que hayas deducido por el nombre que Sayaka Murata es una escritora japonesa. Desde bien pequeña, Sayaka ya mostraba un gran interés por los libros y la lectura, con predilección por los libros de misterio y ciencia ficción. De hecho, en cuarto de primaria, Sayaka empezó a dar sus primeros pasos en la escritura de una novela. Tras dedicar varios años a formarse como escritora compaginando con un trabajo parcial desde los dieciocho años en un supermercado de Tokio, Sayaka ha recibido varios premios por algunas de sus novelas, entre ellas encontramos La dependienta, con la que recibió el premio Akutagawa.

Si eres feminista y te gustaría leer novelas dedicadas a la presión social, Sayaka es tu escritora. Aunque sus libros se centran en la presión social japonesa, hoy en día sabemos que esa coacción no existe sólo en esa cultura, sino en todas, unas más que en otras pero siempre presente en la sociedad y La dependienta es una de ellas.


Titulo: La dependienta
Autor: Sayaka Murata
Género: Nóvela, ficción
Páginas: 162 

Keiko Furukura tiene 36 años y está soltera. De hecho, nunca ha tenido pareja. Desde que abandonó a su tradicional familia para mudarse a Tokio, trabaja a tiempo parcial como dependienta de una kombini, un supermercado japonés abierto las 24 horas del día. Siempre ha sentido que no encajaba en la sociedad, pero en la tienda ha encontrado un mundo predecible, gobernado por un manual que dicta a los trabajadores cómo actuar y qué decir. Ha conseguido lograr esa normalidad que la sociedad le reclama: todos quieren ver a Keiko formar un hogar, seguir un camino convencional que la convierta, a sus ojos, en una adulta.

Con esta visión hilarante de las expectativas de la sociedad hacia las mujeres solteras, Sayaka Murata se ha consagrado como la nueva voz de la literatura japonesa.

MI OPINIÓN

La dependienta es una historia que a medida que avanzas, y como indica una de las citas de la contraportada, nos recuerda con ese toque peculiar y único al personaje de Amélie. Sencilla y tierna, la autora nos lleva de viaje por la vida y la rutina diaria de Keiko; siendo bastante probable que se haya inspirado en su propia experiencia porque, al igual que ella, ha trabajado también en un kombini.

Nuestra protagonista Keiko es una joven de 36 años que no sigue la normativa social que impone la sociedad japonesa desde que tiene uso de razón. Esta novela empieza con un breve recorrido de su infancia donde Keiko era etiquetada como alguien 'no normal', es decir, raro. Ahora bien, tú que me lees, ¿qué consideras como 'normal'?, ¿acaso tienes la respuesta?, ¿tú eres 'normal'?, ¿yo?, ¿tu vecino-a?

'El mundo normal es un lugar muy exigente donde los cuerpos extraños son eliminados en silencio. Las personas inmaduras son expulsadas.'

En la cultura japonesa, como en muchas otras, se considera a una persona 'normal' a aquella que haya cumplido con los objetivos básicos de la vida supuestamente 'normales': estar casado-a, tener un trabajo estable acorde a su edad y estudios, emancipado-a, con hijos-as, con un gran número de amistades y podríamos seguir añadiendo más puntos destacables para conseguir encajar en este mundo.

Siguiendo su personalidad pero siempre intentando aparentar normalidad, nos encontramos con una Keiko adulta que tiene un trabajo estable aunque no suficiente para tener una vida más 'normal'. A lo largo de toda la lectura, observamos que su trabajo como dependienta le permite seguir unas reglas socialmente aceptadas e impuestas por la propia tienda que le hagan ser una más del grupo al tener que interaccionar de una forma determinada con los clientes del supermercado; sin embargo, todo son apariencias. Keiko ha creado un pequeño mundo imaginario para evitar la presión social a la que se ve sometida, en especial con sus compañeros de trabajo al ser las personas con las que se relaciona cada día, al igual que ocurre con su propia familia. 
No es de extrañar la frecuencia con la que esta imposición se origina y sea más fuerte dentro del contexto familiar. Keiko lo sabe y por esa razón, para no preocuparles más de lo que ya les preocupo en su niñez, decidió buscar este trabajo desde muy joven y con ayuda de su hermana (que no significa que sea la mejor ayuda), ha ido creando una impresión que no corresponde con la suya. 

Como lectores, vemos a Keiko como alguien que tiene derecho a seguir sus propios principios y valores, con derecho a ser ella misma sin sentirse fuera de lugar. No todo es perfecto en nuestro propio punto de vista, ya que sin darnos cuenta, aun defendiendo esta postura, es muy fácil caer en la crítica de cómo es una persona y cómo lleva su vida permitiéndonos el lujo de decidir cuándo formará parte de nuestro grupo de amigos. 

Sayaka nos presenta una historia con un canto al feminismo, cuya protagonista es una mujer, pero lo más importante es que al final no se centra en la mujer sino también en el hombre. Toques de repulsa a esa presión social que no te dejan ser uno mismo o una misma; porque sí, los hombres también tienen esa misma presión y es mucho más silenciosa. 

Una novela que utiliza un lenguaje simple y cercano, muy ligera y rápida de leer pero que no necesita mucho más para hacer visible la situación en la que se encuentran la gran mayoría de las personas. Nos invita a reflexionar sobre nosotros mismos tanto en el respeto a nuestra propia personalidad como en el respeto a la personalidad de los demás. Así nos lo hace ver Sayaka y Keiko quien tendrá que luchar ella contra los demás, aceptando y respetando cómo es y lo que quiere ser.

Si todos fueramos 'normales' la vida sería muy aburrida, ¿no?.

'Por eso digo que el mundo de hoy no es completamente funcional. La diversidad de estilos de vida es hermosa, y el hecho de censurarla demuestra que no ha cambiado nada desde la Edad de Piedra.'

Valoración: 3.5 sobre 5

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