Como agua para chocolate

 ¡Hola Pocketer@s!

¿Cómo van esas lecturas? Por aquí sigo dando mi opinión de los libros que he leído en septiembre, aunque ya pensando en cuáles van a ser mis lecturas de octubre. Si queréis saberlo tendréis que pasaros por mi cuenta de twitter, Words In My Pocket, porque allí es donde os muestro el libro que esté leyendo en ese momento.
Bueno, a lo que íbamos. La reseña de hoy es de otra lectura conjunta en la que he participado. El club de lectura es Coleccionando Historias que lo encontraréis en facebook, aunque en la parte lateral del blog tenéis también las direcciones de todos los clubs de lectura en los que participo.
Vamos a por la reseña de la semana con Laura Esquivel.

Titulo: Como agua para chocolate
Autor: Laura Esquivel
Género: Literatura contemporánea
Páginas: 213

Entre sabrosas recetas de cocina, y en un ambiente dominado por la ausencia y la pasión contenida, Tita y pedro protagonizan una extraña y fantástica historia de amor. Una historia chispeante, tierna y evocadora, que desborda los límites de la escritura para conducir al lector a un mundo repleto de aromas, sabores y deseos irrefrenables.


MI OPINIÓN

Laura Esquivel es una escritora mexicana que acumula hasta 10 obras en su trayectoria literaria. Sin embargo, tras dedicarse a varias ocupaciones relacionadas con sus estudios, no fue hasta los 39 años que publicó su primera obra, Como agua para chocolate, la cual se ha convertido en un best seller.  Esta historia tan sencilla que pertenece al género de realismo mágico, aunque la autora también tiene preferencia por escribir novelas negras, es la primera parte de una trilogía. Además, fue adaptada al cine, y al igual que el libro, la película enamoró a sus seguidores.


Como ya habréis podido intuir, hoy os voy a hablar de este libro, Como agua para chocolate, que hasta este momento, que he buscado información sobre la autora, no sabía que fuera una trilogía. La segunda y tercera parte se titulan El diario de Tita y Mi negro pasado, publicados en 2016 y 2017 respectivamente. Sorprende el intervalo de tiempo entre estas dos últimas y la primera obra, ya que ésta se publicó en 1989.

Como agua para chocolate es la historia de Tita, una mujer joven y mexicana que por ser la hija pequeña de la familia y por tradición, debe dedicar su vida a cuidar a su madre, sacrificando su deseo de enamorarse y formar una familia con el hombre que ama. A partir de un toque de humor y ese realismo mágico por la que la autora siente preferencia, observamos cómo transcurre la vida de Tita en medio de la guerra, rodeada, principalmente, de sus hermanas, de su madre y de su amor platónico. Cabe destacar que la vida de Tita no está narrada por ella misma, sino por su sobrina-nieta, quien comparte su afición por la cocina. Tita, tras abandonar sus sueños por cumplir una tradición que no comparte, es obligada a aprender con todo detalle las recetas de la familia. A través de ellas, nos adentraremos en la tradición y cultura mexicana, mientras que Tita hará, a su antojo y con mucha emoción, los platos típicos de su tierra que para deleite de los comensales, éstos sufrirán las consecuencias de los sentimientos de Tita.


"Como ve, todos tenemos en nuestro interior los elementos necesarios para producir fósforo. Es más, déjeme decirle algo que a nadie le he confiado. Mi abuela tenía la teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior, no los podemos encender solos, necesitamos, como en el experimento, oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que es en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender uno de los cerillos. Por un momento nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía el alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento. Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillos se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo."

Los personajes muestran personalidades totalmente diferentes y diferenciadas, mientras que el aspecto físico queda más en un segundo plano. Acabas conociéndoles tan bien que sabes perfectamente cómo van a reaccionar en cada momento y qué sentimientos y emociones más probables van a experimentar.


Una de las curiosidades que más me ha llamado la atención, es la división de los capítulos, los cuales llevan por título los meses del año. Antes de sumergirme en la lectura, pensaba que la historia transcurriría a lo largo de todo un año, pero a medida que avanzas te das cuenta de que no hay ninguna relación al respecto y los años pasan a lo largo de un mes. Quizás sea una manera de sentir cómo de rápidos pasan los años dejando escapar oportunidades en nuestra vida, como meros observadores de nuestro alrededor sin movernos y dejándonos caer en una completa sumisión de lo que los demás han elegido para nosotros. Es la lucha por conseguir lo que quieres, en la que nadie mejor que tú, sabe qué es lo que quieres, lo que necesitas y lo qué es mejor para ti.
Además, cada capítulo viene acompañado de una receta típica mexicana, explicando cada paso que hay que dar para realizar cada plato. Al final, con todos los problemas que surgen en esa casa, Tita siempre tiene que dar un toque diferente a su cocina. Es posible que no todo deba trabajarse tal cual nos indican sino que podemos ser flexibles para adaptarnos a las circunstancias y llevarlas a nuestro campo, y una buena forma de verlo, es por medio de estas recetas que muestra la autora.

No sé vosotros, pero aunque esta obra no es de comedia, muestra cierto toque de humor que compartes con cada vivencia de Tita. El estilo narrativo de los hechos, una buena parte nada motivadores para nuestra protagonista, te sacan una sonrisa al imaginarte la situación. Como agua para chocolate es una lectura super ligera que puedes leer en tan solo un día porque Tita te atrapa de principio a fin con una historia muy tierna, muy emocional y muy cercana. 


Valoración: 3.5 sobre 5

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