¡Hola Pocketer@s!

Esta semana repetimos con una lectura conjunta en la que participé que se llama Bosque de Lecturas y que organiza el blog En un bosque literario. Para este mes de septiembre hay dos lecturas en activo, sin embargo me decanté solo por una de ellas, puesto que el libro me lo habían regalado dos semanas antes y además ya estaba con otras lecturas. 

MI OPINIÓN

El Bestiario de Axlin es el primer libro que leo de Laura Gallego y al que le tenía muchas ganas para conocer alguno de los mundos que ha creado esta escritora. Nacida en Valencia, se dedica a escribir historias infantiles y juveniles en la especialidad del género fantástico. Laura Gallego lleva consigo una larga lista de libros escritos pues empezó su aventura a los 11 años en colaboración con una amiga, pero no fue hasta los 21 años que se publicó su primera obra. Siguiendo la misma línea temática, lo último que ha publicado ha sido la trilogía Guardianes de la Ciudadela en 2018, que en la actualidad ya puedes disfrutar al completo, puesto que la tercera parte de esta historia de monstruos se ha publicado este mismo año, 2019. Y esta es la trilogía con la que me he estrenado, iniciando la lectura con la primera parte que se titula 'El Bestiario de Axlin'. 

Los Guardianes de la Ciudadela nos ofrece una historia de monstruos que podrían pertenecer perfectamente a nuestras pesadillas de cuando eramos niños. Sobre todo porque, en esta historia, parece que estos aterradores seres prefieren atacar por las noches, en la oscuridad y mientras duermes, sintiendo cierta repugnancia al conocer con detalle cómo son y cómo actúan. Laura Gallego nos presenta una historia en un ambiente pobre, nada parecido a nuestro mundo, donde el refugio cobra especial importancia para sobrevivir. Vivir el día como si fuera el último, buscando la forma de alimentarse, de protegerse y de seguir con vida. En ese sentido, me recuerda un poco a otra famosa trilogía, Los juegos del hambre, donde podríamos ubicar a cada enclave en un distrito diferente, y la Ciudadela como el Capitolio; compartiendo, además, la lucha por la supervivencia y la protección de los menores, aunque el enemigo es totalmente diferente como también la época en la nos encontramos: Los juegos del hambre se lleva a cabo en un período futuro, mientras que Guardianes de la Ciudadela nos invita a un período pasado donde la tecnología aun no existe.

Aunque el lector pueda darle cierta flexibilidad al aspecto físico de los personajes, la descripción física y mental de los mismos está bastante detallada. En cambio, los monstruos tienen tantos detalles que algunos de ellos cuesta imaginárselo, por esa razón, no vendría mal que se incluyera en el libro una guía o mejor dicho, ya que la ocasión lo merece, un bestiario de los monstruos con las imágenes y descripciones de cada uno de ellos. De esta manera, nos invita a poder imaginar con mayor acierto cómo atacan a sus presas y sentir más empatía con los personajes cuando se defienden y sentir propios sus miedos.

Por otro lado, el ritmo de la lectura varía a medida que avanzas. Al principio puede resultar lento, que le falta energía, acción, un tanto repetitivo; en cambio, los últimos capítulos son más dinámicos, despertando así el interés del lector, va tomando mayor importancia los encuentros con los monstruos, porque al fin y al cabo, es el punto inicial de la historia, su existencia. Del mismo modo, los diálogos van mejorando al final del libro a la par que la acción. Siento decir que a veces la protagonista Axlin me ponía nerviosa al ver que siempre volvía a tropezar con la misma piedra confiando en todo el mundo. No es de extrañar por sus orígenes pero dan ganas de decirle ¿no has aprendido nada?

Posiblemente, al menos así lo he visto yo, el mensaje que ha querido mandar la autora, es la necesidad de formar una comunidad en la que todos colaboramos por el bien de todos, de fortalecer los lazos, la confianza y ser conscientes de quién es el verdadero enemigo (en este caso, los monstruos). Tras no sentirse en peligro, nuestras prioridades cambian y nos dejamos tentar por acciones muy poco leales. 

Un punto a su favor es la trama con la que ha querido reflejar esta idea: todos hemos sentido miedo de pequeños imaginándonos que los monstruos existían debajo de nuestras camas o dentro de un armario, necesitando la ayuda de los demás para enfrentarnos a ellos y superar así nuestros miedos.

En definitiva, es una lectura ligera, entretenida y que de alguna manera te engancha. Ideal para el público juvenil que quiera iniciarse en pequeñas historias de miedo.

Valoración: 3 sobre 5